Irudia

En el proceso de aprendizaje es muy enriquecedor que se mezclen niños y niñas de diferentes edades. Desde hace unos años, aunque lo hacemos de forma natural en la circulación libre y dando continuidad a la rutina de años anteriores, nos reunimos por familias en el espacio de la oralidad (para contar el cuento, aprender matemáticas, canciones, comer el almuerzo …).
Esta mezcla de edades aporta una gran riqueza: se intensifican las relaciones entre los niños. De hecho, mientras algunos tienen la oportunidad de aprender de cara a los mayores (posibilidad de ir asumiendo diferentes roles de imitación), al juntar a los mayores con los más pequeños (siendo más mayores) se activan sus conductas de cuidado y se crean actitudes de ayuda.